Algunos procesos industriales generan subproductos en forma de lodos que deben ser debidamente gestionados.
En el sector del tratamiento de aguas se generan gran cantidad de lodos en los procesos de filtrado y decantación. Los lodos en función de su origen contienen un alto porcentaje de humedad que dificulta su manejabilidad. Debido a su carga orgánica desarrollan bacterias y desprenden mal olor.
La cal y sus derivados minimizan la mayoría de estos problemas. La adición de cal viva seca el lodo por el calor liberado en la reacción exotérmica de hidratación de la cal. Un correcto mezclado y volteo del lodo permite aumentar la eficiencia de secado, convirtiéndolo en un material más manejable.
La elevación de pH que se da al adicionar cal viva o hidróxido cálcico, higieniza el lodo destruyendo los microorganismos y bacterias presentes en el mismo y evita su crecimiento, disminuyendo el mal olor de forma drástica.