Tanto si se parte de la remolacha, como si se hace de la caña de azúcar, la cal viva se utiliza para precipitar las impurezas y obtener sacarosa purificada.
Todo proceso térmico industrial (cocción, combustión, curado…) genera gases contaminados de naturaleza ácida (Flúor, Cloro, Azufre…). Éstos gases no pueden ser emitidos directamente a la atmósfera ya que deben cumplir una serie de requisitos y límites de emisiones. Existen diferentes sistemas de tratamiento de gases que se pueden dividir en: tratamiento húmedo, semihúmedo, semiseco y seco. En estos sistemas se pueden utilizar desde carbonatos cálcicos hasta cales vivas e hidratadas, tanto inyectadas en seco como en forma de lechada.
España produce una tercera parte de su consumo en azúcar, el óxido de calcio y el hidróxido de calcio, adicionados en forma de lechada realizan las siguientes funciones en dicho proceso de producción:
ÓXIDO DE CALCIO
Permite la precipitación y separación de gran parte de las impurezas presentes en el jugo, al formar con ellas sales insolubles de calcio. Mejora la filtración y la eliminación de pequeñas partículas y fibras. Esteriliza el jugo, higienizándolo de bacterias y fermentos.
HIDRÓXIDO CÁLCICO
Al igual que el óxido de calcio, neutraliza la acidez elevando el pH. Permite la precipitación y separación de gran parte de las impurezas presentes en el jugo. Mejora la filtración y la eliminación de pequeñas partículas y fibras. Higieniza el jugo de bacterias y fermentos.